viernes, 16 de abril de 2010

Más que un acuerdo, Guadalupe.

El acuerdo político de partidos de diferentes ideologías en Extremadura, tanto en la asamblea de la comunidad como en diferentes ayuntamientos de la región, sobre la solicitud a la jerarquía de la iglesia católica para que las comunidades eclesiales de Guadalupe y otros pueblos de la región pasen a encardinarse a una diócesis extremeña, debe suponer algo más que instar a la iglesia a realizar un cambio en su división territorial.
Admitir y defender que un icono religioso, perdón por la pobreza en la sintetización de lo que supone la Santísima Virgen de Guadalupe, sea signo y manifestación de extremeñismo y de Extremadura es admitir que la religiosidad de los extremeños impregna nuestro carácter, nuestra personalidad y nuestras vidas. Es muestra de nuestra expresión en todos los ámbitos, cultura, historia, costumbres, educación y religiosidad, entre otros.
Desde la responsabilidad política, debe promocionar la participación de los ciudadanos y potenciar y ayudar a llevar a buen término sus inquietudes de forma individual o colectiva. Nuestro estado defiende el asociacionismo para conseguir diferentes fines y tiene creado un marco legal que protege los intereses e independencia de los diferentes grupos. Lo que no hace nuestra legislación es otorgar a las administraciones el poder decir que tienen que hacer y como hacerlo, a estas asociaciones.
Los políticos, arropados en sus correspondientes partidos, llegando al acuerdo referido y suponiendo tener facultad para reclamar una determinada acción por parte de la institución eclesial, no pueden desde ahora hacer oídos sordos o despreciar las recomendaciones que esta institución puede realizar en el ámbito de la política. el diálogo debe fluir desde ahora de forma bidireccional y en igualdad de condiciones. Mucho me temo que para algunos seguirá siendo un dialogo en forma de embudo.

domingo, 11 de abril de 2010

De actitud improcedente

El debate público surgido a raíz de la retirada del escudo histórico ubicado en nuestra ciudad, ha dejado constancia de la adecuada, o no, capacidad de conocimiento del actual equipo de gobierno que dirige Carmen Heras.
Además del conocimiento adquirido por una persona en el transcurso de su vida, existe una aptitud innata y más o menos desarrollada en cada individuo que es la sabiduría, el saber estar o hacer en cada momento. Esta se refleja indudablemente en las actitudes que diariamente adoptamos las personas frente a los acontecimientos de la vida y en cada toma de decisiones.
En este punto e donde observo el problema. El actual equipo de gobierno, representado por el concejal correspondiente a tal acto, presuntamente amparado en una ley de memoria histórica, sin encomendarse a Dios ni al diablo, sin consultar con nadie, retiran el escudo al que califican erróneamente franquista. Y mi pregunta es esta, ¿ responde esta actitud a una mera falta de conocimientos o a un no saber hacer, influenciado por sentimientos de resentimiento y revanchismo impropios de gobernantes que deberían administrar siempre pensando en todos?