Ante el hiriente artículo aparecido el pasado día 11 de agosto en el Periódico Extremadura y titulado "Inmigrantes de usar y tirar", parece necesario abrir un pequeño debate sin demagogias ni adornamientos literarios que los autores, o alguno de ellos, ha utilizado para verter miserias sobre un partido concreto. Contra el PP y contra uno de sus dirigentes.
Parece que el horizonte de los firmantes se termina en Valencia y que les apena los cambios ideológicos que se están produciendo ahora en los políticos españoles y en la masa social, sobre todo los cambios en los colectivos sociales encuadrables en personas de ideología de izquierdas, colectivos presuntamente solidarios y de gran corazón.
No es extraño, por lo menos para uno de los firmantes, que desconozca, aun siendo gran observador de la sociedad española, que nuestra cultura occidental tiene y mantiene unos principios y valores más profundos que la ideología política. Valores que nos unen más que nos separan a todas las tendencias o colectivos sociales de diferentes tendencias políticas que conviven en nuestro país. Solidaridad y caridad, hospitalidad y sacrificio por la humanidad.Valores y principios que hacen imposible debates políticos, por ser actualmente anacrónicos, como el derecho y necesidad de la educación, el derecho a la asistencia sanitaria, garantizar el sistema de pensiones o la protección de la persona en situación de desempleo. Debates que hoy están abiertos en otros países de tradición democrática.
Seguramente al otro autor del referido artículo se le han olvidado, voluntaria o involuntariamente, haciendo de su escrito una apología partidista sin tener la vergüenza de pensar de a quienes está apoyando, que no son a los inmigrantes, sino a los inmigrantes pobres y que la denuncia de la posible mala gestión social de la problemática de los inmigrantes con pocos recursos, asentados en el territorio español, la está realizando este gobierno. Un gobierno, que quizás, no de confianza a los españoles con sus políticas económicas de garantizar los derechos de la sociedad que España ha construido. Ese legítimo miedo puede hacer pensar a ciertos colectivos sociales, no por su tendencia ideológica, más bien por la propia situación socio-cultural, que nadie da lo que no tiene y que peligran sus formas de vida si la administración mantiene políticas sociales de discriminación positiva para con los inmigrantes, repito, con pocos recursos.
Sin entrar en la frivolidad de los trajes, vestimentas y estilos que usan los actuales gobernantes y sin tergiversar el mensaje político de la presencia de personas inmigrantes en un mitin asegurando que estaban en en el como meros muebles con interés estético, sin dar la posibilidad de poder pensar que el mensaje es, estáis aquí con nosotros, como nosotros.
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